Resumiendo mucho, hay dos grandes motivos: el primero, porque estoy cansada de que me llamen valiente. El segundo, porque todavía hay muy pocas mujeres solas en las carreteras y acampando. Si quieres leer un poco más, adelante.
Estoy cansada de que me llamen valiente
Si me dieran 1€ por cada vez que me han dicho “qué valiente eres” o me han preguntado “¿no te da miedo irte sola?”, ya me habría comprado el piso de mis sueños. Por supuesto que superé ciertos miedos y derribé muchos mitos y prejuicios que tenía asociados a viajar sola cuando empecé hace diez años. Pero eso no debería convertirme en valiente. De hecho, no me siento valiente, sencillamente me siento con el mismo derecho y ganas de hacer uso del espacio público y de la noche que ellos. Quizá esa terquedad de querer ocupar espacio me ha ayudado a vencer muchos miedos, quién sabe.
Estoy convencida de que a los hombres no les dicen todo esto cuando empiezan a viajar solos.
Muchas veces, de hecho, esos miedos no son ni siquiera nuestros: vienen de años y años en que nuestras madres y abuelas nos han entrenado a protegernos cuando transitamos el espacio público solas, especialmente de noche.
Un apunte: muchas veces, viajar con mi pareja mujer también significa viajar “solas” a ojos de otros, sencillamente porque no nos acompaña un señor.
Todavía hay muy pocas mujeres viajando solas
Por otro lado, el mundo del motor es un mundo dominado por hombres. Eso es ya de por sí una barrera, sobre todo si quieres camperizar tu propia furgo tú misma, pero también es algo que se observa fácilmente echando un ojo a las carreteras y a los espacios de acampada. O son chicos viajando solos, o son mujeres acompañadas de sus maridos que, por supuesto, conducen en la mayoría de ocasiones*. Mi objetivo con el blog, entonces, es que las mujeres que se lo están planteando pero no se atreven, den el paso finalmente. Y las que no se lo han planteado, encuentren suficientes referentes y guía como para planteárselo. Dicho de otro modo, ojalá este blog contribuya a llenar la carretera de mujeres que viajan tranquilas.
Nos faltan referentes de mujeres viajeras
El último gran motivo es que no encontré ningún blog enfocado a mujeres que viajan solas cuando empecé, y me hubiera gustado. Conozco la existencia de un libro (que tengo que comprarme), pero poco más. De hecho, algunas chicas nos hemos juntado en un grupo de Whatsapp para charlar de todo esto y juntarnos en ocasiones, así que es posible que terminéis leyendo sus historias por aquí.
Así que, si algo de esto te resuena, estés en el punto en el que estés, tengas una furgo o no, bienvenida a esta aventura (uf, el cliché).
* Por supuesto que hay casos de mujeres que conducen, que se encargan de atornillar cosas, pero no me digáis que no son la minoría.